martes, noviembre 04, 2014

Rol y Responsabilidad del Nuevo Maestro en la Búsqueda de una Educación Colombiana de Calidad

Las creencias y preconcepciones de los futuros maestros

No es un secreto que los futuros maestros traen consigo a la carrera docente un cúmulo de creencias sobre la naturaleza de la enseñanza y el aprendizaje y que esas creencias interactúan con los contenidos y la pedagogía de sus programas de formación para influenciar el qué y el cómo ellos aprenden. Numerosos estudios se han publicado al respecto por autores como Anderson y Bird, 1995; Borko, Eisenhart, Brown, Underhill, Jones, y Agard, 1992; Calderhead, 1991; Calderhead y Robson, 1991; Kagan, 1992; Pajares, 1993; Richardson, in press; Wubbels, 1992).

Nuestro sistema educativo colombiano no parece estar fundado sólidamente sobre los cimientos de nuestra historia, nuestra cultura, nuestras creencias, nuestras necesidades y expectativas.

Los autores que menciono arriba, que han estudiado a fondo diversos aspectos de la formación de maestros y todos los factores que juegan algún tipo de rol en la calidad educativa, son extranjeros. Ellos se han preocupado por determinar roles, creencias, preconcepciones, pensamientos, ideas, psicología educativa, conocimientos previos de los futuros profesionales de la educación que de alguna manera puedan incidir en su desempeño futuro y puedan crear un marco de referencia para reestructurar programas de formación, de tal manera que se cierre la brecha entre los conocimientos , ideas, preconcepciones y creencias previas de los maestros al ingresar a un programa de formación y las expectativas y necesidades del sistema educativo del que ellos serán protagonistas.

He encontrado algunos estudios a nivel latinoamericano sobre las actitudes, roles y competencias de los maestros en ejercicio (Bastos, 1989; Sacristán, 1989; De Souza & Elia), pero ninguna de ellas se centra en la formación de los maestros y la interpretación profunda de la pedagogía y las diferentes significaciones y connotaciones que los futuros maestros tejen en torno a ella en un proceso contemplativo del antes, durante y el después del proceso de formación docente.

En Colombia necesitamos articular líneas de investigación encaminadas a estudiar profundamente el quehacer docente y en especial analizar las motivaciones, intereses, expectativas y conocimientos previos de los estudiantes y la concatenación de ellos con los programas de formación docente y las expectativas de calidad del gobierno nacional.

Los maestros son los agentes dinamizadores del proceso educativo y responsables de ejecutar el currículo a través de estrategias pedagógicas acordes con la realidad nacional, las exigencias del mundo globalizado y las necesidades y expectativas de los estudiantes y comunidad educativa en general. Es por ello que me apasiona la idea de encontrar los aspectos positivos y negativos, eficientes e ineficientes de los programas de formación de maestros en nuestro país. Es importante para mí determinar cuáles son los aportes nuevos y las apuestas que las instituciones formadoras de nuevos docentes  están haciendo por mejorar la práctica pedagógica y, de paso, la calidad educativa en nuestro país.

Hace muchos años, Zeichner & Tabachnick (1981) se aventuraron a dar una explicación sobre la razón por la cual los sistemas educativos no son exitosos, afirmando que las miles de horas que los futuros profesores pasan en las aulas de clase moldean sus creencias, pero que las creencias conservadoras permanecen latentes durante el entrenamiento formal en pedagogía en la universidad y ellas se convierten en la fuerza mayor una vez los maestros están en su propio salón de clase.

Más adelante, Kennedy (1997) dijo que los sistemas educativos no son más exitosos debido a la falta de articulación de las creencias que los candidatos a maestros traen a la universidad y el papel que juegan sus creencias y preconceptos antes, durante y después de su proceso de formación. ¿Será posible determinar el origen de sus creencias y la incidencia de ellas en el desempeño del docente y la calidad de la educación que se imparte en nuestro país? Tal vez no resulte difícil definir el génesis de ellas: producto de su crianza, reflejo de sus experiencias de vida, resultado de sus procesos de socialización escolar, la cultura de su comunidad, etc., pero lo trascendental será interpretarlas y darles sentido y dirección.

Roles de los maestros en relación con los programas de formación docente

El segundo aspecto que me gustaría estudiar a profundidad es los roles de los profesores (aspirantes y en ejercicio) dentro de una formación docente de calidad, para lograr el ideal de una educación colombiana de calidad, reconocida y competitiva a nivel internacional.

Muchas preguntas surgen a la hora de determinar variables que orienten un proceso investigativo de corte hermenéutico circular que nos permita encontrar nuevos significados a partir de la interpretación de las realidades objeto de observación:

¿Cómo podemos los maestros intervenir en la transformación de la sociedad colombiana para llevarla a ser una sociedad del conocimiento?

¿Cuáles son las tareas y responsabilidades concretas de los maestros y la escuela para llevar al país por el camino de la prosperidad económica y la cohesión social?

¿Qué cambios sustanciales debemos promover para que los programas de formación de maestros sean culto a la calidad, respondan a las necesidades del país y den un status profesional más destacado a los maestros?

¿Cuáles son las estrategias necesarias para formar maestros con actitud investigadora y capacidad de liderazgo dentro y fuera del aula?

Corrientes pedagógicas usadas en Colombia en el siglo XX

La educación colombiana ha estado impregnada de movimientos y corrientes pedagógicas extranjeras. Hemos sido un pájaro que va de flor en flor, en búsqueda de la de mejor sabor. Hemos probado todas las flores y ninguna nos ha llenado completamente, ni ha colmado las necesidades reales de la población colombiana.

Necesitamos construir la historia pedagógica de Colombia, definir la relación que ha tenido el maestro con el saber pedagógico, analizar la pertenencia de los modelos que han permeado la escuela, y unirnos en torno al ideal de construir nuestro propio modelo pedagógico para que nuestras prácticas escolares sean totalmente adecuadas a nuestro contexto colombiano.

La globalización y los medios de comunicación han creado un tipo de colombiano que mira hacia afuera, han formado un tipo de colombiano que ha perdido paulatinamente su identidad y para quien el ideal es salir del país. Nuestra cultura colombiana se ha visto infiltrada por otras culturas, especialmente la americana y ello ha producido lentamente un distanciamiento de nuestras raíces y hasta un desprecio de ellas.

La construcción de modelos pedagógicos que respondan a las características de nuestro contexto y que se articulen perfectamente con la cultura nacional es una tarea que los maestros y la academia debemos emprender, no sin antes obtener compromisos de apoyo concretos de todos los sectores de la sociedad colombiana.

Algunas preguntas a las que se debe dar respuesta son:

¿Cuál es el perfil de nuestra población estudiantil, de nuestros maestros, de nuestras escuelas y de nuestras comunidades?

¿Qué recursos tenemos a nuestro alcance para responder a las necesidades y expectativas de la comunidad educativa?

¿Qué modelos pedagógicos y metodologías hemos implementado y tenemos a disposición para formar a nuestros sujetos escolares? ¿Son ellas pertinentes? ¿Los maestros las conocemos bien? ¿Qué cambios les hemos hecho o nos gustaría hacerles para que sean más significativas en nuestras comunidades?

¿Cuáles son los obstáculos que hemos encontrado y/o que podríamos encontrar en el camino de la construcción de un modelo pedagógico hecho por colombianos para colombianos?

¿Qué tipo de sujetos escolares queremos formar? ¿A dónde queremos que ellos lleguen? ¿A dónde quieren ellos llegar? ¿Hacia dónde queremos que vaya la escuela?

En el camino hacia la calidad y la pertinencia de la educación en Colombia encontraremos muchos escollos y muchas más cuestiones por responder, pero también encontraremos muchas satisfacciones y el aprendizaje que de ello se derivará es infinito. El liderazgo de los maestros y de los futuros maestros que se forman en las aulas será determinante para alcanzar todos los objetivos que se tracen.




REFERENCIAS


Anderson, L., & Bird, T. (1995). How three prospective teachers construed three cases of teaching. Teaching & Teacher Education, 11(5), 479-499.

Bastos, H., 1989, Cambio en la práctica de los profesores; una experiencia usando procesos reflexivos, Investigación en la escuela, 9.

Borko, H., Eisenhart, M., Brown, C. A. et al. (1992). Learning to teach hard mathematics: Do novice teachers and their instructors give up too easily? Journal for Research in Mathematics Education, 23, 194-222.

Calderhead, J. (1991). The nature and growth of knowledge in student teaching. Teaching and Teacher Education, 7(5/6), 531-35.

Calderhead, J., & Robson, M. (1991). Images of teaching: Student teachers' early conceptions of classroom practice. Teaching and Teacher Education, 7(1), 1-8.

De Souza Barros, S. & Elia, M.F. Las actitudes de los profesores: cómo influyen en la realidad de la clase. Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil

Kagan, D. (1992). Implications of research on teacher beliefs. Educational Psychologist, 27(1), 65-90.

Kennedy, M. M. (1997). Defining an ideal teacher education program [mimeo]. Washington, DC: National Council for the Accreditation of Teacher Education.

Pajares, F. (1993). Preservice teacher beliefs: A focus for teacher education. Action in Teacher Education, 15(2), 45-54.

Richardson, V. (in press). The role of attitudes and beliefs in learning to teach. In J. Sikula (Ed.), The handbook of research on teacher education (2nd ed.). New York: Macmillan.

Sacristán, J. G., 1989, Profesionalidad docente, currículo y renovación pedagógica, Investigación en la Escuela, No 7.

Wubbels, T. (1992). Taking account of student teachers' preconceptions. Teaching and Teacher Education, 8, 137-49.


Zeichner, K. M., & Tabachnick, B. R. (1981). Are the effects of university teacher education washed out by school experience? Journal of Teacher Education, 32(3), 7-11. (ERIC Journal No. EJ249372)

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